El pasado domingo 10 de noviembre, celebrábamos en la bodega el Día Europeo del Enoturismo con un éxito rotundo. Cerca de 100 personas visitaron nuestras instalaciones durante la jornada de puertas abiertas que organizamos y otras cincuenta pudieron disfrutar de la actividad principal que, sin duda, fue el gran atractivo de la jornada: El showcooking de los estrellas Michelín Rafael Centeno, del restaurante Maruja Limón, y Alberto Prelcic, del Restaurante Silabario.
Las plazas para esta demostración de cocina en directo se completaron el mismo día en que dimos a conocer la actividad, en tan solo cinco horas. Y la verdad fue que los cocineros del Grupo Nove supieron sorprender a todas las personas invitadas con sus elaboraciones y maridajes. Un total de 6 creaciones culinarias acompañadas de los principales vinos de la bodega que fueron presentados por la responsable de enoturismo, María Otero y comentados por nuestra enóloga, katia Álvarez.
Un suculento cebiche de navajas, preparado por el chef de Maruja Limón, y una gamba blanca con arroz meloso de codium y verduras que elaboró Prelcic, fueron los platos que abrieron la demostración y que maridaron a la perfección con nuestro albariño Martín Códax. Precisamente fue Alberto, del Restaurante Silabario, el encargado de continuar con la demostración preparando para acompañar a Martín Códax Lías una almeja Babosa sobre un guiso de habas de Lourenzá y trompetas de los muertos.
Para Organistrum, Rafa Centeno se decantó por una vieira asada y sus huevas, realizadas con la singular técnica de esterificación.
Por último, y como traca final, llegaba el maridaje más complicado de todos. ¿Qué propondrían los Estrella Michelín para Martín Códax Gallaecia? Un guisote de Rubio y un bacalao asado en pan de Brona, brandada de unto ahumado y judía kenia fueron las propuestas de Rafael y Alberto, respectivamente. Y hay que decir que ambas fueron todo un acierto.
A las 15.30 horas terminaba la cocina en directo y los asistentes, que habían disfrutado a lo grande durante las cuatro horas que duró, se iban con ganas de repetir la experiencia. Y es que la jornada fue para chuparse los dedos.