En este post vamos a ver los principales tipos de cata que existen. Así la próxima vez que escuchéis a alguien hablar de una cata vertical o una cata ciega, sabréis a qué se está refiriendo.
Hay cuatro tipos principales de cata: vertical, horizontal, ciega y doble.
En la vertical, lo que se hace es catar las diferentes añadas de un mismo vino. Esta cata permite, por ejemplo, observar la evolución del vino en el tiempo o identificar las mejores añadas.
En una cata horizontal se catan vinos con características comunes, como la añada, la zona de la que provienen o la misma variedad de uva. Se trata de una cata muy útil para poder comparar las diferencias en los métodos de vinificación o el impacto que tienen los distintos tipos de suelos y zonas en una misma variedad de uva.
La cata ciega, probablemente la más conocida popularmente, es aquella en la que catador no conoce los vinos que se van a valorar y las botellas se presentan tapadas. ¿Para qué sirve? Nos sorprenderíamos lo mucho que nos pueden influir las marcas o el tipo de vino. Si no la persona que las cata no las puede ver, está libre de esas influencias.
Por último, la cata doble es un mixto. Primero se catan los vinos y se comentan y luego se tapan y se vuelven a catar. De este modo la cata puede ser más objetiva y se aprecian desde grandes diferencias hasta otras más sutiles.
¿Animados a hacer alguna cata? Esperamos que sí, así que no os perdáis el siguiente post de Aprende y disfruta catando en el que nos adentraremos en el uso de los sentidos para la cata.