No hay duda de que tu vida está vinculada a la ciencia. De hecho estás considerado como el impulsor de la nueva museología científica en España. ¿Cómo ha sido el camino?
Muy divertido. Desde los 12 años quedé fascinado por la química. Primero fue hacer la carrera, después trabajar en educación y seguir aprendiendo con los alumnos. Tuve el privilegio de tenerlos desde cuatro años hasta universitarios. Luego fueron trabajos de divulgación, de comunicación y de museología, de escribir, hacer guiones de programas de planetario y de exposiciones, de diseñar museos,…
Has participado en el diseño de varios museos, entre ellos la Casa de las Ciencias de La Coruña, la Domus, el Aquarium Finisterrae. ¿Cuál es el principal reto cuando se emprende un proyecto de tal envergadura?
El medir y economizar los recursos, pues estás usando dinero del pueblo, del que la gente paga con sus impuestos, no del tuyo. Y en la misma línea, que su funcionamiento no sea gravoso.
Hace 20 años recibiste el Premio Nacional de Periodismo Científico. ¿Cómo te sentiste en el momento en el que te lo comunicaron?
Algo sorprendido, muy orgulloso y satisfecho. Era la primera vez que se otorgaba el premio a alguien que no estaba trabajando en un periódico o revista. Por entonces yo hacía colaboraciones con distintos medios impresos, en radio y televisión, pero mi principal ocupación había sido docente y museológica.
En una ocasión dijiste que había que vivir la ciencia antes de empezar a enseñarla. Pero, ¿la ciencia se aprende a vivirla o se nace con ello?
Hay algunas claves de la actividad científica que son innatas, como la curiosidad, pero otras son fruto de la educación y forman parte de la cultura, como puede ser un modo de pensar racional, el escepticismo o aspectos del método científico. La escuela es fundamental en la educación científica y es imprescindible desarrollar los valores y actitudes de la ciencia, así como las habilidades propias de la experimentación. Ello sólo se consigue haciendo ciencia.
¿Consideras la ciencia una forma de cultura? ¿Por qué?
La ciencia es el aspecto de la cultura que es más útil para dar una explicación a las cosas que suceden en nuestro mundo, para entender nuestros orígenes, de dónde venimos, cómo surgió la especie humana, o la vida sobre la Tierra, o cómo aparecieron las montañas. También, junto con la tecnología, es la forma de cultura que más puede cambiar el mundo. Gracias a la ciencia evitamos que mueran muchos niños, producimos más alimentos, vivimos más años, nos comunicamos mejor, disfrutamos más de la música, del arte…
Dinos un momento de tu vida en que te hayas sentido decepcionado por la ciencia.
Nunca de la ciencia. Si, del modo que alguna vez se ha utilizado la tecnología. Por ejemplo, para matar personas u oprimir a pueblos enteros.
Ahora, cuéntanos la mayor alegría que te haya dado la ciencia.
Salvar la vida de personas a las que quiero, con cirugía, en varias ocasiones.
En el Encuentro Testimonios do Futuro, en la Isla de San Simón, pudiste degustar nuestros vinos. ¿Cuál ha sido el que más te ha gustado y qué sitio elegirías para disfrutar de él?
El Martín Códax Gallaecia me dejó un recuerdo especial. Personalmente lo preferiría a Sauternes y Tokaji para acompañar, por ejemplo, un foie. O también unos callos. Me lo imagino en un mediodía de verano, a la sombra y mirando al mar. En Galicia, por supuesto.