No es la primera vez que los poetas inundan las calles de la ciudad olívica. De hecho, ésta ha sido el cuarto año consecutivo que ocurre. Decenas de inquietos agitadores que muestran sus formas de pensar, de actuar y de comunicarse al público presente. Es el IV Festival Kerouac, Polipoético de Vigo.
Organizado por La Fiesta de los Maniquíes, el pasado 25 de octubre Vigo celebraba este festival de poesía que acogía la participación de decenas de poetas y artistas tanto gallegos como del resto de España. Una jornada donde ver y escuchar poesía, música, performances y otras formas de expresión artísticas.
Entre los representantes gallegos destacaron el vigués Francisco Castro, uno de los escritores más activos de Editorial Galaxia, Ruth Oliveira, escritora y bloguera que recientemente publicaba “O Corazón tecido de Catalina”, y Jesús Tejada que presentaba sus proyectos poéticos con la poetisa Silvia Penas (Cinta Adhesiva) y la dramaturga Iría Pinheiro (Dandy Lady).
Kerouac también dio cabida al hip hop, representado por Seilaesencia, a las expresiones pictóricas con las obras de EWA, Patricia Meira o David Arambarri o a las muestras audiovisuales como el proyecto FiiNDA.
Desde Madrid llegó también el mediático locutor y productor de radio Javier Gallego Crudo, responsable del programa Carne Cruda, presentando su poemario “Abolición de la pena de muerte”. Batania alias Neorrabioso, practicó el vandalismo poético en festivales y muros –reales y virtuales, con muchos seguidores en redes sociales- de toda España y Olaia Pazos, ferrolana afincada en Madrid, regresaba a la tierra con su poesía de alta sensibilidad.
En resumen, un festival que además de posicionar a Vigo como ciudad poética en el mapa cultural nacional, nos enseña que la poesía es moderna y cosmopolita. Ha dejado de ser aburrida y se pasea desnuda por las calles, galerías de arte y por los bares a la vista de todos. La poesía es necesaria para la vida y puede cambiar el mundo.