¿Influye la música en la gastronomía? ¿Cómo? Esas han sido alguna de las preguntas a las que se dio respuesta este lunes en el seminario ‘Música e pratos’, organizado por Bodegas Martín Códax en la sala Numax de Santiago de Compostela.
Alrededor de 25 hosteleros y algún que otro músico acudieron a este curso que estuvo dirigido por el músico Xurxo Souto, la abogada Ania González y el fogonero y co-propietario de Abastos 2.0. Marcos Cerqueiro. Los ponentes hablaron de la importancia de la música en la experiencia gastronómica del cliente, que busca un valor añadido a la calidad del propio producto cuando sale a comer, así como también del marco jurídico que envuelve la reproducción de una obra musical en cafeterías y restaurantes.
El encargado de abrir el seminario fue Xurxo Souto, vocalista de Os Diplomáticos de Montealto, escritor y un largo etcétera. El músico habló de la importancia del oído durante la comida, afirmando que “además de lo que se saborea y lo que se ve, también es importante lo que se escucha”. Lejos de referirse a la música en general, Xurxo puso el foco sobre la música gallega, en esa “sonoridad extraordinaria” de los sonidos de nuestra tierra y de la importancia de “compartir esa excelencia”.
La letrada Ania González, fue la responsable de acercar la parte legislativa a los presentes. Tras explicar qué es y qué significa la propiedad intelectual, y para sorpresa de muchos de los asistentes, González aseguró que la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) no tiene por qué estar presente en todos los acuerdos o negociaciones de comunicación pública de las obras musicales, dejando claro que aún quedan muchas dudas por resolver en este campo, tanto para músicos como para hosteleros.
Marcos Cerqueiro, co-propietario de Abastos 2.0. junto con Iago Pazos, fue el ponente encargado de cerrar el curso. Lo hizo hablando de sus propias vivencias, de cómo la luz y la música son “una herramienta más” para “crear microuniversos” que disfrutan los clientes. Cerqueiro acercó una prueba del buen engranaje entre música y comida que hicieron años atrás en Abastos: una tapa que servían acompañada de un walkman con una selección musical que permitía que el bocado se percibiese a otros niveles.
En definitiva, la música en la gastronomía no solo evoca momentos vividos o invita a alargar un poco más la sobremesa, sino que ayuda a que cada bocado se perciba a través de los cinco sentidos.
Tras el resultado satisfactorio y provechoso de este curso, Bodegas Martín Códax baraja la posibilidad de celebrarlo en otras ciudades gallegas o complementar esta formación con nuevos cursos que ofrezcan a los hosteleros un valor añadido.