La gran variabilidad existente en los viñedos del Valle del Salnés y la consecuente dificultad técnica de clasificar la uva en vendimia para hacer vinificaciones diferenciadas, lleva a Bodegas Martín Códax a tener su primer contacto con el mundo de la investigación en el año 2006. El equipo técnico y de enología de la bodega ponen en marcha el “Estudio de los precursores aromáticos y composición de la uva albariña en función de la situación del viñedo para la zonificación de viñedos en el Valle del Salnés”, un proyecto que se alargará hasta el 2009. En él, contamos además con la participación y el apoyo de la Universidad Politécnica de Madrid, La Misión Biológica de Galicia y la Universidad de Vigo.
Los parámetros estudiados fueron la distancia al mar y la exposición de las parcelas, ya que se presumía que podían explicar la variabilidad existente en los viñedos, y para su desarrollo se dividió el valle en 9 zonas, agrupadas a su vez en tres grandes bloques. El primero, correspondía a las parcelas que se encontraban más próximas al mar con un límite de distancia de 2 kilómetros. El segundo bloque comprendía los viñedos que se encontraban entre 2 y 5 kilómetros del mar y el tercero, los que estaban situados entre los 5 y los 10 kilómetros de distancia. La mayor dificultad fue encontrar exposiciones claras para clasificar las parcelas debido a la orografía suave y abierta del terreno.
Durante los tres años que duró el proyecto se realizó un estudio climático de las añadas, una caracterización y definición de las parcelas y un estudio de la actividad enzimática y fenólica de la uva (la primera vez que se realiza), así como de la composición aromática. Se detectaron diferencias entre las parcelas estudiadas pero no se pudo ver una correlación clara entre las diferencias encontradas y la ubicación y exposición de las parcelas.
Una vez la uva de esas parcelas llegaba a bodega, se recogía en dos grupos para realizar microvinificaciones diferenciadas en depósitos de 150 litros y por último se realizaba una valoración organoléptica de los vinos.
Tras todo este tiempo de investigación, se llegó a la conclusión de que sólo con la ubicación de las parcelas y su exposición no se podía explicar la variabilidad existente aunque sí se destacó que las mayores diferencias halladas respondían al tipo de prácticas vitícolas llevadas a cabo en los viñedos (podas en verde, deshojados…) y también al tipo de climatología del año.
A raíz de estas conclusiones, la bodega ha seguido investigando con nuevos parámetros y cada día avanza hacia una viticultura de precisión que permita gestionar la variabilidad de los viñedos en el Valle del Salnés.
Descarga artículo en pdf aquí.
